martes, 24 de agosto de 2010

Ingenieria... En aquel momento parecía una buena idea

Qué grande es el mundo de la arquitectura de sistemas y software, pero a la vez que pequeño es cuando no se reflexiona acerca de la nebulosa situación que implica ejercer esta fascinante pero nada fácil profesión, para no hartar tanto con mis posts técnicos, cito el prologo que Carlos Hernando Ardila Presidente ACIS, firma en el recomendado libro “Papel y perfiles del ingeniero de sistemas en Colombia” de Jorge Eliécer Tarazona y Victor Manuel Toro:

Sería difícil encontrar una profesión con una problemática más interesante que la nuestra. La experiencia, a cambio de hacernos más valiosos, se convierte en un defecto al aferrarnos a tecnologías obsoletas que hemos logrado dominar a medias; pero al tratar desesperadamente de desprendernos de ellas, nos hace eternos aprendices con tasas de fracaso altísimas. Los paradigmas de programación han cambiado varias veces en los últimos años: cuando finalmente sabíamos Cobol, tuvimos que empezar a programar “mal” en bases de datos relacionales; cuando finalmente estábamos aprendiendo, tuvimos que pasarnos a programar en ambientes cliente/servidor con interfaces gráficas, inicialmente con un conjunto de herramientas típicamente provistas por los mismos proveedores de las bases de datos; ahora que ya empezamos a dominar esos ambientes, debemos aprender a programar en el Web y a participar en grupos de trabajo mixtos con artistas!; cuando apenas estamos entendiendo esta tecnología nos dicen que el modelo cambió de “halar” información a “empujar” información y por lo tanto debemos repensar nuestras técnicas de programación ...... ¿ hasta cuándo ? hasta que la sociedad harta de vernos ensayar con el juguete de turno y de fracasar en la construcción de sistemas de información, ¿ nos reemplace de alguna forma ?

Una profesión en que los años no son de humano sino de perro, por la tasa de cambio de la tecnología que manipulamos; basta con anotar que la capacidad de las máquinas que operamos crece el ciento por ciento cada dieciocho meses.

Una profesión en la que la demanda por sus ingenieros se aleja cada vez más de la oferta generando un altísimo déficit nacional e internacional. Sin embargo, pocos quieren estudiar ingeniería de sistemas, especialmente los jóvenes de los estratos económicos más altos; por qué ? Si como consecuencia de ese déficit el mercado compite por ellos con base en sueldos fabulosos; si consiguen trabajo incluso desde su cuarto año de universidad !.

Somos una comunidad de profesionales que como bien afirman Víctor y Jorge, queremos planear y administrar pero no ejercer los oficios esenciales de nuestra ciencia como programar computadores; que si nos especializamos, lo hacemos en administración o finanzas pero no en una rama de nuestra ingeniería.

Somos ingenieros con dificultades para integrarse a la sociedad, típicamente desde que estamos estudiando; basta con oír los comentarios que estudiantes de otras facultades hacen acerca de los de sistemas, o los epítetos que altos directivos empresariales lanzan sobre nosotros.

Una profesión totalmente dominada por el mercadeo: cuántas marcas de retroexcavadora conoce usted ?. Pregúntele a un médico cuántos nombres de compañías de computación conoce.

De otro lado, ejercemos una profesión que domina completamente la economía mundial.

Somos expertos en manipular información representada electrónicamente en plena revolución informática.

Tenemos la oportunidad y la obligación de enseñarle a nuestra sociedad, acostumbrada a manipular átomos, cómo se comercia y se legisla con bits.

Tendremos que enseñarle a nuestros hijos que son independientes geográfica y temporalmente; que vivir en Colombia o en Estados Unidos representa pocas diferencias de oportunidades, siempre y cuando estemos conectados a la Red; que el teléfono es un mecanismo de comunicación obsoleto, que organizar nuestras vidas alrededor de los horarios de la TV, salir por la ciudad de compras, ir al banco, al colegio o al trabajo ocho horas al día son costumbres atávicas que debemos superar.

Tenemos la oportunidad por primera vez de tener éxito solamente en función de nuestro talento y no del capital disponible para comprar herramientas o para cubrir mercados más grandes.